jueves, 7 de agosto de 2014

Sentados en el fuego

Todas las relaciones, sean de pareja, laborales,etc, tienen algo en común: el conflicto.

Al conflicto surgirá antes o después debido a que todos y cada uno de nosotros tiene una imagen distinta del mundo, todos tenemos unas expectativas distintas en la vida.



Al igual que en la pareja, en temas de comunidad hay una fase de "enamoramiento", la fase de la pasión, la inspiración de lo nuevo, el reto de conseguir cosas bonitas y excitantes...

y justo después viene la fase de "aterrizaje en la realidad", el trabajo duro y la rutina diaria, conocer ese otro "lado oscuro" de nuestros compañeros cuando reaccionan de un modo inesperado ante las dificultades, cuando perdemos la calma porque hemos salido de nuestra la zona de confort y nos sentimos impotentes...

Quizá sea justo por eso que las únicas comunidades que funcionan realmente bien y resisten el paso de los siglos sean las comunidades religiosas; aquellas que comparten una visión del mundo y que nunca huyen del conflicto porque todos sus miembros adoptaron al menos dos cosas esenciales por voluntad propia:





AUTOCONTROL: disciplina en lo material y en lo espiritual, trabajo interior, una decisión firme de superarse a si mismos, de evolucionar...

 Y la otra cosa no menos importante : AUSTERIDAD MATERIAL, la firme decisión de controlar y analizar cada uno de nuestros deseos mas íntimos para ver realmente que anhelos del alma pretenden satisfacer.

Cuando vamos caminando en la comunidad, vamos descubriendo que casi todos nuestros deseos materiales estaban condicionados por el miedo, el miedo a carecer de lo esencial, de comida, refugio, relaciones...



Todas ellas se pueden resumir en una sola: el miedo a no tener lo esencial es el miedo a no tener AMOR en nuestras vidas... y justo eso es lo que vamos a encontrar cuando vivimos con ganas de compartir, de colaborar en lugar de acaparar, de competir.



Ahora bien, casi nadie sabe con certeza que es eso del Amor:

 Para unos es sinónimo de pasión, de excitación, de erotismo, de compañía... para otros es sinónimo de éxito en la vida, el objetivo de conseguir una pareja perfecta... y claro esa pareja perfecta gusta a todo el mundo y eso nos puede incomodar hasta el punto de desatar tormentas de celos imposibles de gestionar sin acapararla en exclusiva...




¡ACAPARARLA EN EXCLUSIVA!... ya estamos hablando de posesión, de egoísmo, de relaciones basadas en la esclavitud de unas personas por otras... es decir de perpetuar precisamente aquello de lo que lo huíamos cuando intentábamos crear una comunidad, una ecoaldea, un mundo distinto.

Comprobamos pues, que la clave del éxito de éstos proyectos es mucho más profunda que la simple consecución de unos cuantos objetivos materiales básicos; la clave está en un enfoque completamente distinto de las relaciones humanas y por tanto de éstas con el resto del mundo.




La clave quizá esté en el equilibrio perfecto entre la erradicación absoluta del victimismo en nuestras vidas y en la total humildad de saber que solo somos una pieza más del puzzle de la creación.


Pero sobre todo has de saber que ningún puzzle está completo si falta una sola pieza....





                                                               tu eres imprescindible!






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