miércoles, 13 de agosto de 2014

El despertar del sueño

Como la mayoría de los jóvenes, al cumplir los 18 años, me saqué el carnet de conducir, pues según se decía entonces era algo importante en la vida...

Inmediatamente después me di cuenta que sin coche, ese cartoncito no me servia para nada, así que nuevamente pedí ayuda a mis padres para comprar uno, pero tampoco servia de nada sin tener un seguro, así que también incluí en la petición de ayuda el coste del seguro...

Finalmente, y tras arduos esfuerzos familiares, obtuve el tan ansiado sueño de tener un vehículo a motor... acababa de entrar en el mundo de las personas con posibilidad de recorrer libremente las carreteras, de poder ir los fines de semana a las fiestas para ligar con chicas, ver cosas nuevas... todo era maravilloso... hasta que me di cuenta de que para poder pagar todo ese lujo debía de trabajar unos cuantos años en alguna fábrica o ese logro duraría solo unos días.



Finalmente encontré trabajo mal pagado en varios talleres y fábricas donde metí tantas horas extras como pude: yo prefería sacrificarme duramente unos años para así poder relajarme después con mi coche nuevo!

La gran sorpresa fue que al ser soltero y sin cargas familiares, hacienda se me llevó todas las horas extras que tanto esfuerzo vital me costaron... si lo hubiese sabido habría utilizado ese tiempo en descansar y salir algún sábado a dar una vuelta por el mismo precio!

Pero la gran amargura llegó poco después de haber terminado de pagar el coche, cuando llegó a casa una carta de la ITV comunicándome amablemente que mi coche ya era viejo y que debía ir pensando en cambiarlo!



Aquella carta me hizo sentir la persona mas tonta del planeta: había comprado un coche para poder ir a trabajar, y había tenido que ir a  trabajar como un animal para poder pagar ese mismo coche!!!

En ese mismo momento me juré a mi mismo que nunca más vendería tantos años de mi vida por algo tan inútil; que a partir de ahora cada vez que tuviese un deseo, me pararía a pensar muy profundamente en ello antes de meter la pata de tal forma.

Emprendí entonces una búsqueda incesante acerca de como funciona el mundo, un análisis profundo de mis deseos y la repercusión que tienen en nuestras vidas y en el planeta, y descubrí que todo lo que poseemos, realmente nos posee a nosotros y además afecta terriblemente a los demás en otras partes del mundo.




La situación tubo un periodo de cierta angustia vital, pues parecía que todo lo que hacíamos los humanos afectaba negativamente al planeta y a sus moradores, especialmente a los más pobres, como pude comprobar personalmente durante mi etapa de cooperante internacional.

Las cosas cambiaron en mi vida al conocer el movimiento de la PERMACULTURA con sus diseños eficientes y la agricultura regenerativa... regenerativa?   hasta ahora todo lo que sabia de agricultura era destructivo: venenos, abonos, deudas millonarias en maquinaria, créditos, subvenciones envenenadas que condenaban a los agricultores a cobrar el precio de los cereales de hace 60 años...




Emprendí entonces una nueva búsqueda esperanzadora hacia nuevas formas de vivir, de pensar, de relacionarse con los demás, y descubrí entonces el movimiento de las ecoaldeas, el decrecimiento, las ciudades en transición, el cohousing, las monedas complementarias, la bioconstrucción.... descubrí un montón de posibilidades que trajeron esperanza y alegria a mi vida!!!






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